Una tortilla de piñones con miel y gárum -la famosa salsa romana con pescado azul-, cocinada ante la vista para que no pierdas detalle; Puerros con vinagre y cerveza, que no pueden escapar a la atracción del olfato; Una de pezones de marrana, teta fina, para confundir el tacto; Otra de molletes con bonito frito para seducir al oído, con su “cri-cri” Y un flan con pimienta negra y rosa para explotar el gusto.
¿A quién no le atrae gustar de estos manjares? ¿Y viajar por la historia de la gastronomía, saboreando viejas recetas? Somos travellers nativos, y no hay discusión. ¿Cómo no nos va a atrapar un restaurante qué apuesta por una cocina de los sentidos, en todos sus sentidos?
El chiste es fácil. Un restaurante que tiene por nombre “Dos Pebrots”, tiene coraje. Sin embargo, los “dos pimientos” -ya me entienden- del chef Albert Raurich van más allá de lo evidente. Lo comenta este colaborador de Ferran Adrià, y uno de los padres de la Bullipedia, en la barra mientras departe una auténtica lección de historia de la cocina catalana.
En el Dos Pebrots quiero recuperar, nos dice, el placer de las recetas de nuestro pasado, pero adaptadas al paladar del presente. Para añadirnos que hay algunas, como el salpicón de carne, que incluso la menciona Cervantes en su manual de vida cotidiana que es El Quijote.
La clase no acaba aquí. Raurich es hijo de Cadaqués, una villa marinera muy vinculada a Dalí, Duchamp, Man Ray e incluso a García Lorca. Se nota en los trazos de arte y poesía de esta crónica de la historia de la cocina que es el restaurante. Se percibe, sin ir más lejos, en la receta del alioli, fiel a la que le explicó un viejo lobo de mar.
También en la curiosa ensalada de moluscos con algas frescas y un aliño de caldito de bonito y vinagre de arroz de la vecina Pals. O en el suquet de escórpora (también conocido en otras latitudes como cabracho). Un elegante plato de mar cocinado simplemente con el citado pescado, patata, tomate y aceite de oliva. ¿Cómo algo tan simple puede llegar a saber tan rico?
Y para platos sencillos, aunque soberbios, no os perdáis la tortilla de bacalao, cebolla, guindilla y perejil. Realmente una joya de la actual ”Ruta del Bacalao” que puede disfrutarse en Barcelona, y de la que algún día, tal vez, hablemos en otra ocasión (apuntaros no obstante: Ca l’isidre, Quillo Bar, Fulano Mengano, Le Bouchon, Mano Rota… para empezar) Así que dicho lo dicho, y como dicen por aquí ¡Bon Profit!
A destacar:
- Las carnes y pescados acecinados, y no se trata de una broma (consulten la RAE), que cuentan con más dos mil años de historia en el Mediterráneo y, aquí son una auténtica delicia.
- El fricandó -estofadito tradicional- de pescado. Original recuperación de un clásico medieval de la cocina urbana catalana.
- Hay menú degustación a 50, 60 y 70 euros. El de 50, bien servidito.
Dos Pebrots
Doctor Dou, 19
08001-Barcelona
info@dospebrots.com
Tel. 93 853 95 98
Salud y una “pizca” de suerte 😉