El “LLORITO” es un pez divertidísimo de escamas rojizas y ojos saltones, de pequeño tamaño (entre 12 y 16 centímetros de largo), es una especie de peces de la familia Labridae.
En Baleares le denominan «raor», tanto su nombre científico como el popular hacen referencia a su parecido con un cuchillo o navaja de afeitar. Su sabor y textura son únicos: carne muy blanca similar a la del lenguado, grasa y suavemente yodado. Seguramente, su rasgo más característico es su piel gelatinosa que se funde en la boca como si fuera tocino ibérico. Se pueden hacer a la plancha o fritos con un ligero rebozado. Se pescan con anzuelo, de uno en uno y tiene la fama de ser el pescado más caro de España. También se le llama “galán” o “pejepeine” y se trata de una especie muy preciada en las Islas Baleares, donde ha llegado a venderse a 100 euros el kilo.
Esta marisquería “desenfadada” (como reza su luminoso en la entrada) bautizó con el nombre del pez LLURITU (mal escrito) porque les pareció divertido, bonito, catalán, y carismático.
LLURITU es una marisquería de gama media, con ambiente desenfadado, incluso festivo, con el valor añadido de la brasa como protagonista. Situada en territorio de la antigua villa de Gràcia, que está a sólo una parada de metro del principio del Passeig de Gràcia pero parece un mundo completamente diferente. Gràcia fue un pueblo independiente hasta fines del siglo XIX e incluso en la actualidad su comunidad es pequeña y cerrada. Los locales están muy orgullosos de sus raíces; no dicen «soy de Barcelona», dicen «soy de Gràcia».
Un local alargado, camareros con chaqué y una barra larga que invita a degustar sentado en taburetes, sin lujos. Estilo bodega de barrio pero “modernillo” con mesas de mármol, cubiertos en un vaso y las típicas servilletas de papel colocados en cajitas, un toque “kitsch” aunque, sin duda, muy poco prácticas y con un formato de carta muy divertido, escrita en bolígrafo azul.
La oferta gastronómica consta de un resumen de los mejores productos y elaboraciones de las costas españolas con una voluntad clara de especialización, y carta corta. Nada de salsas. Brasa y plancha, y la ausencia de fogones, definen el estilo. Un estilo con mínimo (casi nulo) adorno en los platos. Una marisquería del siglo XXI para un público de todas las edades.
Cañas de Mahou y pocos vinos, aunque con sentido, se nota que han pensado a fondo cada elemento, nosotros nos decantamos por un Barbuntin, un vino de la bodega Quinta Couselo en la D.O. Rías Baixas que fue nombrado como el ‘Mejor Albariño del Mundo’ en los prestigiosos premios International Wine Challenge 2018, celebrados en Londres.
En esta ocasión, y todo para compartir, tomamos: ostras, anchoas con pan con tomate, ensaladilla rusa, ensalada de tomate con anguila, mejillones a la brasa, hojas de atún (carpaccio), pero sin duda alguna, el plato estrella fue la parpatana.
La parpatana es un corte del atún sabroso, muy similar en apariencia al chuletón, y que se venía desechando en el despiece. Localizada en la parte final de la ventresca, donde empieza la aleta, la parpatana presenta una jugosidad extrema gracias a su alto nivel de ácidos grasos omega 3, regalándonos un bocado meloso y ‘carnoso’, como su apariencia, auténtico chuletón de atún, con un alto valor gastronómico.
Para finalizar disfrutamos de las famosas trufas de Arrese, un regalo para los sentidos, y más aún acompañado por un vino Tokaji (3 Puttonyos). Tradicionalmente se mide por el número de cestas o capachos de uva botritizadas (conocido como Aszú) introducidas en un barril de vino, pero ahora se mide en gramos de azúcar residual. El Puttonyo era en realidad una canasta de uvas (de 25 kilogramos) atacadas por el hongo Botrytis cinerea, y de las cuales, cuanto más cestas se añadían al barril, más dulce era el vino final. Tradicionalmente la medición va de 3 a 6 Puttonyos. Al Tokaji producido totalmente de uvas se le conoce como Aszu Eszencia.
A destacar:
- La calidad del producto
- La parpatana
- Las trufas de Arrese (pastelería de Bilbao) con vino Tokaji.
- El precio, lo definitivo.
Torrent de les Flors, 71
08024 – Barcelona
938 553 866
Salud y una “pizca” de suerte 😉